Centro digital empodera a personas refugiadas y locales en Ecuador
Centro digital empodera a personas refugiadas y locales en Ecuador
Andrew Castro demuestra cómo usar una impresora 3D para crear productos destinados a la venta comercial.
Hace nueve años, Andrew Castro, hoy presidente de la organización liderada por personas refugiadas Fundación MUEVE, llegó a Guayaquil, Ecuador, desde Venezuela. Pronto empezó a notar que las dificultades de las personas que llegaban eran muy similares, por lo que decidió trabajar junto a otros miembros de la comunidad para ayudar a los recién llegados a integrarse y prosperar en su nuevo hogar.
Ecuador acoge a cerca de 500.000 personas que necesitan protección internacional, incluyendo una de las poblaciones refugiadas más grandes de América Latina. Sin embargo, estas comunidades – principalmente provenientes de Colombia y Venezuela – enfrentan barreras para acceder a servicios básicos y construir una vida autosuficiente e independiente. Ante la falta de oportunidades laborales accesibles, casi el 60% de las personas refugiadas y migrantes venezolanas en Ecuador señalan que la integración socioeconómica es una de sus principales preocupaciones. Es precisamente este tipo de desafíos los que Andrew, a través de la Fundación MUEVE, busca abordar.
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, reconoce que las personas desplazadas forzadamente, como Andrew, están en la mejor posición para identificar las necesidades de su comunidad y proponer soluciones aterrizadas. Por ello, el Fondo de Innovación Liderado por Personas Refugiadas de ACNUR ha apoyado a Fundación MUEVE en la creación de un centro creativo y digital en Guayaquil: un espacio en donde personas refugiadas y miembros de la comunidad de acogida – más de 500 hasta ahora – pueden adquirir nuevas habilidades tecnológicas y digitales para mejorar sus oportunidades laborales o, en el caso de emprendedores, fortalecer sus negocios propios.
Lexi, una emprendedora venezolana y participante de las capacitaciones del centro, comenta: “Hay que atreverse a creer, creer en uno mismo y capacitarse”.
La situación de las personas refugiadas en Ecuador
Con un crecimiento económico reducido o revertido y el aumento del costo de vida en Ecuador, las personas refugiadas y migrantes enfrentan crecientes dificultades para acceder a empleo formal u otras formas de sostenerse. Además, la violencia y la inseguridad también ponen en riesgo sus medios de vida.
Aquí es donde interviene Fundación MUEVE. Esta organización liderada por personas refugiadas opera en Guayaquil desde 2016, apoyando a quienes llegan a la ciudad a conectarse con oportunidades laborales y capacitaciones, entre otros servicios. “Conocemos muy de cera todos los problemas que hay dentro de la comunidad [de personas forzadas a huir]”, dice Andrew. “Eso es precisamente lo que nos ha permitido, durante todos estos años, adaptar nuestras actividades según las necesidades que vemos en la comunidad”.
Una de las habilidades que aprenden los usuarios del centro es imprimir imágenes originales en prendas de vestir.
En particular, Fundación MUEVE identificó que las personas refugiadas y sus comunidades de acogida en Guayaquil – la segunda ciudad con más personas refugiadas y principal centro de manufactura del país – podrían beneficiarse de recursos y formación práctica. Estas nuevas habilidades les permitirán construir y fortalecer sus propios negocios en industrias y mercados en expansión. Como dice Andrew, las personas refugiadas “quieren aportar al país [y] están buscando nuevas oportunidades”. Aunque muchas acceden a trabajos informales (como el comercio ambulante), otras oportunidades siguen siendo inaccesibles.
Ahora, el centro creativo y digital de Fundación MUEVE está ayudando a materializar esas oportunidades.
El centro y su impacto actual
En el centro, personas refugiadas y ecuatorianas tienen acceso a equipos y cursos para desarrollar su futuro económico. Está completamente equipado con maquinaria de manufactura como impresoras y escáneres 3D. También se ofrece capacitación en áreas como sublimación (para aplicar diseños únicos en ropa), corte láser, grabado y habilidades de manufactura electrónica como ensamblaje de circuitos y soldadura.
Las voces de la comunidad han sido centrales desde el inicio del proyecto. Los equipos y actividades del centro se definieron en consulta con la comunidad, mediante encuestas para conocer qué habilidades serían más útiles para sus necesidades y objetivos de sustento actuales. Para facilitar el acceso, la información sobre los cursos se difunde por redes sociales y aplicaciones de mensajería comunes en la comunidad. Además, personas recién llegadas que podrían beneficiarse de la capacitación son referidas al centro por un albergue cercano gestionado por un socio de ACNUR.
Gracias a las habilidades prácticas en diseño y manufactura que ofrece el centro, las y los participantes pueden fortalecer su capacidad emprendedora y su autosuficiencia. A finales de 2024, ya se habían capacitado 570 personas, con la meta de formar a cientos más antes de que finalice el piloto. Más de 20 emprendedores con negocios existentes han mejorado su capacidad mediante las capacitaciones o el uso de nuevas herramientas para desarrollar productos y materiales de comunicación. El espacio también funciona como un ecosistema colaborativo, conectando a personas refugiadas con docentes y otros emprendedores para intercambiar conocimientos y consejos.
Lexi logró hacer crecer su negocio de comida venezolana gracias a las herramientas y redes del centro. Por ejemplo, el curso de impresión por sublimación – y el acceso a las impresoras – le permitió confeccionar sus propios uniformes, y el curso de creación de contenido digital le ayudó a promocionar mejor su negocio. Y el aprendizaje no terminó ahí: Lexi sigue recibiendo apoyo del centro y de los instructores de Fundación MUEVE para seguir expandiendo su emprendimiento. “El curso se acaba, pero te siguen dando consejos, te siguen capacitando”, dice. “Si tienes una duda, te la aclaran. Eso ayuda mucho. Te prestan las máquinas… Te dan las herramientas para capacitarte y crecer”.
El camino hacia la inclusión socioeconómica
Con el respaldo del Fondo de Innovación Liderado por Personas Refugiadas – que brinda apoyo integral a personas desplazadas forzadamente y apátridas para abordar creativamente los desafíos en sus comunidades – organizaciones como Fundación MUEVE están empoderadas para crear intervenciones duraderas y extender su impacto. Gracias a los resultados del piloto, Fundación MUEVE ha conseguido financiamiento adicional de otros donantes y actores locales. “Esperamos seguir creciendo y apoyando a la comunidad en general, no solo a la comunidad [refugiada y] migrante, sino también a la comunidad de acogida”, dice Andrew, quien menciona planes para añadir una nueva sala de capacitación al centro.
Fundación MUEVE también busca mejorar continuamente el centro con base en la retroalimentación de la comunidad. Por ejemplo, están explorando la posibilidad de ofrecer nuevos cursos sobre ensamblaje y mantenimiento de computadoras, así como programar clases en horarios nocturnos y fines de semana para facilitar la participación de personas que tienen otras responsabilidades durante horarios laborales y entre semana.
A medida que el centro continúa creciendo y ampliando las oportunidades de generar ingresos para personas refugiadas y ecuatorianas en Guayaquil, Fundación MUEVE se consolida como un ejemplo del liderazgo y el apoyo a la autosuficiencia de las personas refugiadas para lograr una integración socioeconómica significativa y sostenible. “Estamos haciendo algo que realmente ayuda a la comunidad”, concluye Andrew. “No es solo una ayuda de un día, sino un conocimiento que se queda con ellos y que, si lo ponen en práctica, puede seguir ayudándoles”.
Artículo publicado originalmente en inglés en la plataforma Medium.
