Cerrar sites icon close
Search form

Buscar el sitio de un país

Perfil de país

Sitio de país

Qué hace ACNUR para proteger a las personas forzadas a huir

Historias

Qué hace ACNUR para proteger a las personas forzadas a huir

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, trabaja en todo el mundo para proteger a las personas refugiadas y desplazadas dentro de sus propios países. Pero, ¿por qué las personas desplazadas por la fuerza necesitan protección y qué hace ACNUR para protegerlas?
2 Mayo 2025 Disponible también en:
Una mujer mayor es asistida por dos funcionarios de ACNUR.

La refugiada sudanesa Khadija Mahamat, de 72 años, es asistida por personal de ACNUR en el asentamiento de Madjigilta, en la región chadiana de Ouaddaï, en la frontera con Sudán.

Normalmente, son los Estados que se encargan de la seguridad y de garantizar los derechos de sus ciudadanos, pero cuando estalla una guerra o hay violencia y abusos generalizados, las personas podrían no tener otra opción que buscar seguridad y protección en otro lugar. 

Según el derecho internacional, las personas forzadas a huir de conflictos, violencia o persecuciones que buscan protección en otro país son refugiados. Se diferencian de los migrantes porque no pueden regresar a sus países sin arriesgarse a sufrir daños graves o incluso la muerte. El país al que huyen es responsable de protegerlos.

Acoger a un gran número de refugiados puede suponer una enorme presión para los Estados y las comunidades, sobre todo en países que carecen de sistemas de asilo efectivos y eficientes para el reconocimiento formal de su condición o de recursos para ayudarlos. Aquí es donde el apoyo de ACNUR es tan vital. Llevamos ayudando a los Estados a proteger los derechos y el bienestar de las personas desplazadas por la fuerza desde la creación de la organización, hace 75 años.

A raíz de la larga experiencia y competencia específica de la organización en la protección de las personas refugiadas en todo el mundo, los Estados también han investido a ACNUR del mandato de proteger y encontrar soluciones para las personas que se han visto obligadas a desplazarse dentro de sus propios países y las personas apátridas.

¿Dónde empieza la protección?

La protección empieza cuando las personas refugiadas llegan a una frontera temiendo por sus vidas y libertades fundamentales. Según el derecho internacional, toda persona tiene derecho a buscar protección en otro país y a que no se le deniegue la entrada, no se mantenga en detención o no se devuelva a un lugar donde pueda sufrir daños.

Cuando se desencadena una crisis, ACNUR está presente en las fronteras, junto a sus socios y a las autoridades estatales, para garantizar que las personas puedan ponerse a salvo. ACNUR aboga ante las autoridades para que se admitan a los refugiados y se respeten sus derechos. La organización también ayuda a registrar y verificar las necesidades de los recién llegados para que se les pueda expedir la documentación necesaria para demostrar su condición legal y obtener apoyo. Nuestra presencia ayuda a los gobiernos a gestionar las fronteras y evitar que las crisis se extiendan.

Una grupo de personas camina sobre una calle. En primer plano, una mujer joven que lleva en brazos a dos infantes.

Una mujer ucraniana lleva en brazos a sus hijos, un bebé y una niña pequeña, mientras cruza la frontera con Hungría. Es 27 de febrero de 2022.

Tras garantizar la protección física de los refugiados, la siguiente prioridad es satisfacer sus necesidades urgentes en cuanto a alimentación, alojamiento y atención sanitaria.

“La protección consiste ante todo en garantizar que las personas refugiadas tengan acceso a un territorio seguro. Pero también consiste en asegurar que puedan beneficiarse de aquellos bienes y servicios básicos que todos necesitamos como seres humanos”, explica Patrick Eba, Director Adjunto de la División de Protección Internacional de ACNUR. “Garantizar que las personas refugiadas tengan acceso a alimentos, alojamiento y atención sanitaria es una cuestión de vida o muerte”.

¿Cómo protege ACNUR a las personas más vulnerables?

Toda persona que se vea forzada a huir de su hogar, separarse de su familia, dejar sus pertenencias, su trabajo, su escuela y todo lo que le es familiar es una persona vulnerable. Pero ciertos grupos de refugiados y desplazados internos están especialmente en riesgo y necesitan protección.

Los niños y niñas víctimas de violencia, abusos, explotación o trata necesitan ayuda y protección especiales, sobre todo los que han quedado separados de sus familias durante el caos de los conflictos y los desplazamientos. ACNUR trabaja con las autoridades nacionales y otras organizaciones para garantizar que reciban la atención necesaria, mientras se localizan a sus familiares. En 2024, por ejemplo, ayudamos a las autoridades españolas a proporcionar atención y apoyo a unos 6.000 niños y niñas que llegaron en barco a las Islas Canarias sin padres ni tutores.

Las escuelas no sólo proporcionan educación, sino también un entorno seguro y estable para la niñez desplazada por la fuerza, protegiéndola de la explotación, el matrimonio precoz y el trabajo infantil. ACNUR aboga por la inclusión de la niñez refugiada en los sistemas educativos nacionales y, junto con sus socios, proporciona apoyo a las escuelas que tengan alumnos refugiados. Entre dichas actividades, se destaca la capacitación del personal docente, la provisión de material educativo y el apoyo para reparar o ampliar edificios.

Un niño sentado a un mesa pequeña con una mujer y un hombre. El hombre lleva puesto un chaleco de ACNUR.

Mohammed Hassan, un refugiado sirio de 13 años con discapacidad auditiva y del habla, en una sesión educativa con una especialista en el campamento de Za’atari, en Jordania.

Otros grupos que corren especial riesgo y necesitan servicios especiales tras verse forzados a huir son las personas con discapacidad, las personas mayores, los grupos minoritarios y los supervivientes de violencia sexual, traumas y trata de personas.

ACNUR trabaja con socios locales, especialmente con organizaciones dirigidas por mujeres y personas refugiadas, para apoyar a las personas supervivientes de violencia sexual y protegerlas de otros daños. Creamos espacios seguros para mujeres y niñas desplazadas, donde pueden superar traumas, relacionarse con otras mujeres y aprender habilidades para mejorar sus vidas. Cuando la financiación lo permite, llevamos a cabo programas de prevención de la violencia contra las mujeres, como sesiones con hombres y niños para cuestionar comportamientos y creencias dañinas.

¿Cómo trabaja ACNUR para encontrar soluciones a largo plazo para las personas desplazadas por la fuerza?

Siempre se espera que, cuando las condiciones de seguridad así lo permitan, las personas forzadas a huir puedan retornar a sus países o lugares de origen. ACNUR monitorea las condiciones de seguridad y ayuda a las personas a tomar una decisión informada sobre su retorno, a menudo proporcionando información sobre las zonas de origen o facilitando visitas para que los miembros de una familia comprueben por sí mismos dichas condiciones. Sin embargo, la decisión final siempre será de las mismas personas desplazadas y nadie debería ser obligado a retornar contra su voluntad. Hemos ayudado a millones de refugiados a retornar a sus países de origen, entre ellos 1,1 millones sólo en 2023. Algunos refugiados también reciben ayuda de ACNUR para su reasentamiento en terceros países que hayan aceptado admitirlos. Aunque sólo esté disponible para un número limitado de personas, el reasentamiento es una solución a largo plazo que salva vidas y permite que las personas refugiadas tengan otra oportunidad.

Un barbero posa para la cámara mietras le hace un corte a un cliente.

Con el apoyo de HIAS, una organización socia de ACNUR, José Sánchez, quien huyó de Venezuela hace seis años, logró abrir su barbería en la ciudad ecuatoriana de Tulcán.

Sin embargo, mientras las personas refugiadas no puedan retornar a sus hogares o ser reasentadas a otro país, necesitan protección en los países donde se encuentran. En estrecha colaboración con las propias personas refugiadas, con las autoridades nacionales y con las organizaciones socias, ACNUR monitorea continuamente las condiciones en los lugares de acogida ante posibles riesgos. También animamos y ayudamos a los gobiernos a promulgar leyes y políticas nacionales que protejan a las personas refugiadas, incluso a través de la provisión de documentos de identidad y de permisos de trabajo y de la posibilidad de beneficiarse de servicios esenciales como la educación y la atención sanitaria. Algunos refugiados también terminan naturalizándose en sus países de acogida, lo que les garantiza poderse quedar para siempre, contribuyendo de manera aún más sustancial al bienestar de los países que les han ofrecido protección.

“La protección consiste en vivir con dignidad, en desarrollar el propio potencial”, afirma Eba. “Se trata de tener acceso a la educación, de poder trabajar y mantener a su familia. Son cosas fundamentales para garantizar que los refugiados puedan vivir una vida plena y digna”.

¿Qué ocurre si no podemos brindar protección a las personas desplazadas por la fuerza?

Cuando las personas forzadas a huir no pueden llegar a un lugar seguro, contar con el reconocimiento legal de su condición, acceder a servicios básicos como el registro de su identidad, o recibir asistencia y ayuda de primera necesidad, aumentan los riesgos de sufrir violencia, hambre, explotación e, incluso, de morir.

Los actuales recortes de financiación que afectan a todo el sector humanitario ya están teniendo efectos devastadores en la protección de las personas desplazadas por la fuerza. ACNUR ha tenido que suspender el registro biométrico de nuevos solicitantes de asilo en varios países – un trámite fundamental para garantizar su acceso a derechos y servicios – y la distribución de ayuda de emergencia en otros. Se han reducido los servicios de apoyo a las personas supervivientes de violencia sexual y a las mujeres, niños y niñas vulnerables, y se han suspendido muchos programas para la prevención de la violencia de género. Miles de niños y niñas refugiados ya no reciben ayuda para matricularse en la escuela. Las plazas de reasentamiento son limitadas y hay menos apoyo disponible para los refugiados que quieren retornar a su casa, cuando existan las condiciones de seguridad aporpiadas.

“La protección salva vidas”, afirma Eba. “Garantiza que las personas se sientan a salvo. Que puedan vivir con dignidad”.

“Pero para realizar esta importante labor de protección, ACNUR necesita el apoyo continuo de toda la comunidad internacional... En eso consiste la solidaridad universal”.

OSZAR »