Una familia refugiada rohingya se reúne en Grecia, donde podrán reconstruir su futuro
Una familia refugiada rohingya se reúne en Grecia, donde podrán reconstruir su futuro

Apenas unas horas antes del comienzo de 2025, la familia Suji celebró el Año Nuevo en Atenas con inmensa alegría. Tras casi una década de separación, Mahmoud, Maryam y sus dos hijos, Maher y Mahdi, estaban por fin juntos de nuevo, llenos de esperanza por el futuro.
Aunque nacieron en Myanmar, Mahmoud, Maryam y sus hijos – quienes ahora tienen 18 y 14 años – están clasificados en sus documentos oficiales como “apátridas”. Como miembros de la perseguida minoría étnica rohingya, siguen siendo invisibles para un país que ni los reconoce como ciudadanos ni los protege. Al carecer de condición legal o documentos de identidad, se enfrentaron a importantes retos durante toda su vida en Myanmar: se les negó el acceso a educación, a atención médica, a apoyo social y a otros servicios públicos. Incluso se les impedía salir de los límites de su aldea.
“Puede que hayamos nacido en Myanmar y hayamos vivido toda nuestra vida ahí, pero en realidad no pertenecemos a él”, afirma Mahmoud.
En 2016, cuando se intensificó la persecución contra los rohingyas, Mahmoud se vio forzado a huir. Primero se trasladó a Bangladesh, pero continuó su viaje en busca de protección y estabilidad, y finalmente llegó a Grecia en octubre de 2017.
“No sabía nada de Grecia antes de llegar, pero sentí que aquí podría vivir una vida de libertad, una vida con mi familia”, recuerda.
Su esposa y sus hijos estuvieron constantemente en sus pensamientos durante todo el viaje. Junto con cientos de miles de rohingyas, habían huido a Bangladesh durante una ola masiva de violencia que estalló en el estado de Rakhine, en Myanmar, en agosto de 2017.
Inmediatamente después de recibir la condición de refugiado en Grecia en el verano de 2019, Mahmoud solicitó la reunificación familiar para que su esposa y sus hijos pudieran reunirse con él de forma segura y legal. Con lo que no contaba era con una espera de cinco años.
Un proceso complejo
A lo largo de este proceso largo y a menudo incierto, Mahmoud contó con el apoyo del Consejo Griego para los Refugiados (GCR, por sus siglas en inglés), que aplica un programa de asistencia jurídica en colaboración con ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.
De acuerdo con la legislación griega y europea, las personas refugiadas tienen derecho a reunirse con sus cónyuges e hijos menores de 18 años si se cumplen determinadas condiciones. Sin embargo, hacer efectivo este derecho suele estar lleno de obstáculos y retrasos. Para Mahmoud, ser apátrida complicaba aún más el proceso. Tuvo que presentar documentos de viaje para su esposa e hijos, documentos que nunca habían tenido y que no podían obtener debido a su
“Los retos a los que se enfrentan las personas apátridas afectan a todos los aspectos de sus vidas”, explicó Lydia Bolani, Asociada Superior de Soluciones de ACNUR en Grecia. “Sin el reconocimiento de ningún Estado, luchan a cada paso simplemente porque no pueden obtener documentos de identificación”.
Fue necesaria una prolongada batalla legal por parte de los abogados de ACNUR, que incluyó llevar el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, para ayudar a garantizar un resultado positivo para la familia Suji. En última instancia, fue un esfuerzo colectivo en el que participaron no solo el GCR y ACNUR, sino también el importante apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que ayudaron a la familia a obtener documentos de viaje de emergencia y permiso para salir de Bangladesh.
Eleni Kagiou y Chara Katsigianni, las abogadas del GCR que apoyaron a la familia durante todos estos años, recordaron cómo Mahmoud mantuvo la calma, incluso ante tantos retrasos, y cómo creció visiblemente su confianza cuando por fin llegó la decisión positiva.
“La reagrupación familiar es un paso crucial para la integración. No puedes reconstruir verdaderamente tu vida cuando la mitad de tu alma sigue estando lejos”, señaló Eleni.
“Este proceso permite a los familiares de las personas refugiadas transitar por vías seguras y legales, para que no se vean obligados a arriesgar sus vidas en viajes peligrosos”, añadió Chara.
Los recortes de financiación amenazan la reunificación familiar
GCR y ACNUR abogan por reformas legislativas que aceleren los procedimientos y permitan soluciones más flexibles para abordar los retos a los que se enfrentan las personas refugiadas cuando intentan reunirse con sus familias.
El esperado encuentro de la familia Suji es el tema de un nuevo documental de la cineasta griega Alexia Tsouni, quien siguió su viaje y los obstáculos a los que se enfrentaron como miembros de la minoría rohingya. Durante el rodaje en Bangladesh, el joven Mahdi regaló a Alexia un cuadro en el que aparecía su padre a un lado y el resto de la familia al otro. Le pidió que se lo entregara a Mahmoud, quien al recibirlo estalló en lágrimas. El título del documental, “Family Painting” (Pintura familiar), se inspira en ese momento.

La familia Suji visitando a su amiga Alexia Tsouni, una cineasta griega que realizó un documental sobre su viaje de reunificación familiar. De izquierda a derecha: Maher, Alexia, Mahdi, Maryam y Mahmoud.
“Estoy muy feliz de que el documental tenga un final feliz. Mi motivación para hacer películas es dar esperanza, por eso elijo historias que, a pesar del inmenso sufrimiento, terminan de forma positiva, gracias a la solidaridad, los esfuerzos humanitarios y al apoyo de las organizaciones internacionales”, afirmó Alexia, quien sigue siendo amiga de la familia Suji y apoya su integración en Grecia.
Sin embargo, la esperanza de otras familias de refugiados está cada vez más en peligro. Con los recortes de financiación que están cerrando servicios vitales – incluidos programas de asistencia jurídica como el que ayudó a Mahmoud –, muchas familias se verán privadas de la oportunidad de reunirse con sus seres queridos. Sin el apoyo jurídico oportuno, corren el riesgo de permanecer separadas indefinidamente o de verse obligadas a realizar viajes inseguros para reunirse.
Para la familia Suji, el final feliz es también un nuevo comienzo. Ahora están descubriendo la vida en Atenas y haciendo planes para el futuro. Mahmoud se está preparando para obtener la licencia de conducir motocicletas, Maryam planea hacer cursos de peinado y maquillaje para poder encontrar trabajo, y Maher y Mahdi se han matriculado en la escuela.
“Hasta ahora, mis hijos y yo no teníamos futuro”, comentó Mahmoud. “Ahora siento que hemos encontrado la seguridad y la esperanza que buscábamos, y que pertenecemos a este país. Ahora podemos construir nuestro futuro aquí como una familia”.
Esperanza lejos del hogar: Protección y esperanza para las personas que buscan seguridad
La campaña Esperanza lejos del hogar de ACNUR en Grecia aboga por la protección del derecho a la vida familiar de quienes han buscado protección en el país. Una de las principales prioridades de la campaña es ampliar el acceso a la reunificación familiar como vía segura y legal para las personas refugiadas separadas de sus seres queridos.
El programa de asistencia jurídica para la reunificación familiar de refugiados, ejecutado por el Consejo Griego para los Refugiados en colaboración con ACNUR, ha apoyado 290 casos de reunificación familiar entre 2021 y 2024. Durante este período, 145 personas se reunieron con éxito con sus familias en Grecia, a menudo después de años de incertidumbre, espera y dificultades. Estas reunificaciones representan algo más que victorias legales; son momentos de recuperación de la dignidad y la esperanza.
Sin embargo, esta labor fundamental está ahora en peligro. La actual crisis de financiación a la que se enfrentan las organizaciones humanitarias – entre ellas ACNUR – amenaza con interrumpir servicios que cambian vidas, como el apoyo jurídico a las familias refugiadas. Sin este apoyo, las familias seguirán separadas, se bloquearán las vías legales y las personas vulnerables pueden verse obligadas a emprender peligrosos viajes.